Cómo comía el Profeta Muhammad ﷺ ?

El Profeta Muhammad ﷺ comía con moderación. No comía para llenar su estómago, sino para mantener su fuerza y fortalecer su cuerpo para obedecer a su Señor. Nunca mostró excesos ni buscó lujo en la comida. Su comida era simple, pero llena de bendición, y agradecía a Allah incluso por la porción más pequeña, sin despreciar nunca lo que se le ofrecía.

Nunca rechazaba la comida ni era quisquilloso. Si le gustaba un plato, lo comía; si no, lo dejaba. Esto refleja su gran modestia y refinamiento. Se acercaba a la comida con un corazón lleno de gratitud y una lengua llena de alabanza, y enseñaba a sus compañeros a hacer lo mismo. Siempre comenzaba a comer pronunciando el nombre de Allah e incentivaba a los demás a hacer lo mismo.

Comía de lo que estaba frente a él y no extendía la mano hacia lo que estaba fuera de su alcance. Adoptaba una postura humilde al sentarse, a menudo de rodillas o con la pierna izquierda doblada y la derecha extendida. Esta posición expresaba respeto por la comida y conciencia de Dios. Decía: "No como recostado."

El Profeta ﷺ no comía mucha carne ni llenaba siempre sus comidas con grasas. A menudo comía dátiles, agua, leche o cebada. Le gustaba especialmente el pan de cebada, que a veces ablandaba con agua. También apreciaba los dátiles, especialmente la variedad ‘ajwa’, y recomendaba el aceite de oliva, que consideraba de un árbol bendito.

Estaba satisfecho con poco y no buscaba llenarse, aconsejando: "El hijo de Adán no llena ningún recipiente peor que su estómago..." Consideraba que el exceso de comida sobrecarga el cuerpo, debilita la mente y abre la puerta a la negligencia. Advertía contra el comer en exceso, diciendo: "El hijo de Adán no llena ningún recipiente peor que su estómago."

Cuando bebía, lo hacía en tres sorbos, soplando fuera del recipiente entre cada sorbo, comenzando con el nombre de Allah y terminando con Su alabanza. No bebía todo de una vez y enseñaba esto a sus compañeros, diciendo: "Bebe despacio, bebe moderadamente, bebe saludablemente."

En todos sus hábitos alimenticios, mostraba el camino de la moderación y la misericordia, y nos enseñaba a comer con modestia, reconociendo que la comida es un don y no un derecho. Comer nunca era un fin en sí mismo, sino un medio para fortalecer el cuerpo para la adoración y el trabajo. Pedía a Allah la bendición, no la cantidad, y nos enseñaba que la simplicidad y la gratitud son la fuente de las verdaderas bendiciones.

Así comía el Profeta ﷺ: con calma, gratitud, humildad y moderación, sin desperdicio ni arrogancia, mostrándonos cómo hacer de la comida un acto de adoración.

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